Ningún producto
El mantenimiento de la cadena del frío en alimentos refrigerados y congelados es fundamental para no poner en peligro la conservación del alimento y, por tanto, la salud del consumidor. Los alimentos deben mantenerse a una temperatura constante, ya que cualquier ruptura de los límites permitidos de temperatura, puede dañar irreversiblemente los productos, aunque posteriormente se vuelva a la temperatura correcta.
Uno de los eslabones críticos en esta cadena es el transporte. Un vehículo inadecuado, una manipulación deficiente y, tanto una descarga, como una carga de mercancía negligente, ponen en peligro la pérdida de la temperatura. Los métodos de conservación de alimentos en refrigeración y congelación deben aplicarse con rigurosidad, por lo que hay que extremar las precauciones al máximo.
Relacionamos a continuación, los indicadores de temperatura que se usan habitualmente para controlar la conservación de alimentos por frío durante el transporte:
Indicador de temperatura adhesivo LCD de tipo reversible. Nos permite controlar si el refrigerador está en un nivel de temperatura adecuado.
Indicador de temperatura reversible para...Indicador de temperatura de tipo irreversible de un punto. Estas etiquetas de temperatura son adhesivas y se pueden pegar en cualquier superficie o producto. Realizan un cambio de color permanente al alcanzar la temperatura marcada.
Termómetro irreversible 1 temperatura...Indicador de tiempo y temperatura irreversible mediante cambio de color. Esta etiqueta adhesiva alerta de la exposición a una temperatura inadecuada mediante un cambio de color progresivo de los puntos de control. Cada punto está calibrado para un periodo de tiempo concreto, permitiendo así controlar el tiempo de exposición a dicha temperatura.
WarmMark Tiempo y Temperatura (pack 100 uds)En el caso de los alimentos frescos, pero no congelados, requieren de unas temperaturas que no superen los 7 ºC. De este modo, los microorganismos entran en un periodo de letargo y las enzimas que descomponen el alimento frenan su actividad.
En este caso, también se requiere de un vehículo específico que mantenga una temperatura constante y el aire en movimiento para garantizar una distribución homogénea.
El mayor riesgo en estos casos es la variación de temperatura en función de la zona de carga. De nada serviría que una parte del compartimento estuviera a 7 grados y el resto a 10. El uso de etiquetas de temperatura, al ir pegadas al producto, puede alertar con facilidad de el riesgo evitando el deterioro de la carga.