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El control de la temperatura en determinados procesos térmicos hacen imprescindible el uso de un producto termosensible. Procesos como la soldadura o la vulcanización pueden requerir del chequeo de la temperatura en diferentes zonas concretas de una pieza o estructura, por lo que utilizar un lápiz de temperatura resulta lo más cómodo y fiable. Unos trazos aplicados en los puntos críticos antes del proceso, nos permitirán verificar la temperatura alcanzada en cada uno de ellos y comprobar a posteriori lo que ha sucedido, gracias al cambio permanente de color de los trazos dibujados.
Te mostramos a continuación nuestra selección de los mejores lápices para medir temperaturas:
Lápiz térmico para control de temperatura. Estos lápices basados en ceras, con tinte termosensible, permiten realizar una marca sobre cualquier superficie que cambiará de color en función de la temperatura.
Lápiz termo sensible (10 uds)El uso de estos lápices para medir temperatura es muy sencillo, ya que se trata de un lápiz de cera que aplicaremos igual que una tiza sobre una pizarra. Su textura con base de cera permite la aplicación en cualquier tipo de superficie – lisa o rugosa -.
El trazo del lápiz termosensible aplicado cambiará de color cuando se alcance su temperatura de calibración. Una vez concluido el proceso térmico, podremos retirar el trazo mediante un lijado. También puede marcarse una pieza de control o un trozo del mismo material , que luego se desechará una vez concluido el proceso térmico en cuestión.
El uso de los lápices termo sensibles está instaurado en la industria desde hace años. La sencillez de uso y la capacidad de controlar temperaturas más altas que las etiquetas térmicas adhesivas lo convierte en un producto idóneo para determinadas aplicaciones.
Una de las aplicaciones más comunes de estos lápices de temperatura es el control de la temperatura durante las soldaduras. El proceso de soldadura de tubos, conducciones y superficies metálicas requiere de un rango de temperatura determinado, en función de los materiales.
No alcanzar la temperatura adecuada, puede producir una soldadura defectuosa, la cual no tendrá la consistencia necesaria. Por otra parte si sobrepasamos claramente la temperatura de fusión para realizar la soldadura, podemos deteriorar los materiales e incluso deformarlos, causando un acabado defectuoso de la unión.
El uso de lápices térmicos permite el nivel de temperatura que está recibiendo la zona de soldadura. Es suficiente con aplicar un trazo sobre la zona que se pretende unir y al aplicarle el calor, viendo el cambio de color del trazo del lápiz, sabremos con exactitud que hemos alcanzado la temperatura necesaria y, por tanto, la soldadura se ha realizado correctamente.
En el proceso de vulcanización de las juntas de goma es necesario verificar que se alcanza una temperatura de 120ºC para poder garantizar que el proceso se realiza correctamente.
La vulcanización de las juntas les proporciona las características de dureza suficientes para que puedan realizar luego la función de cierre hermético correctamente. Esto es fundamental para obtener un producto de calidad.
El principal problema en este tipo de procesos es asegurarnos que el producto, en este caso las juntas, están recibiendo correctamente la temperatura. Los sensores de temperatura del horno miden normalmente la temperatura alcanzada dentro de ellos, pero es difícil determinar si dicha temperatura es uniforme y alcanza a todas las zonas donde hay piezas. El uso de lápices de temperatura, al realizarse precisamente sobre dichas piezas, nos garantiza que la temperatura recibida por las mismas es correcta.En nuestra web puedes encontrar varios modelos de lápiz, con diferentes temperaturas de cambio, para adaptarse a tus necesidades. Selecciona el más adecuado y pídelo cómodamente a través de nuestra web. Si tienes alguna duda, o no encuentras la solución que buscas, contacta con nuestros técnicos a través del formulario de contacto, llamando o enviando un email. Estaremos encantados de atenderte y recomendarte la mejor solución.